Parejas celosas. Entretelones del desamor a uno mismo

Falta de amor a uno mismo es lo que subyace detrás de los celos angustiantes que llevan a la implementación de estrategias de control para hallar algún sosiego a tan desesperante amenaza real o imaginaria.

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Falta de amor a uno mismo es lo que subyace detrás de los celos angustiantes que llevan a la implementación de estrategias de control para hallar algún sosiego a tan desesperante amenaza real o imaginaria.

guardarParejas celosas. Entretelones del desamor a uno mismo. Foto: Wavebreakmedia via Shutterstock (1)
Parejas celosas. Entretelones del desamor a uno mismo. Foto: Wavebreakmedia via Shutterstock (1)
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“Yo no dudo de él /ella, sino de los demás” , suelen expresar quienes padecen celos constantes. Esos “otros” que para quien cela se vuelven amenazantes, nada podrían hacer si la voluntad del celado no accediera a hacerle lugar a cualquier acto de seducción.

Si uno no quiere, dos no pueden: no hay dudas. Existiendo falta de confianza en el otro (con o sin razones) lo saludable sería no proseguir una relación con alguien en quien no confío en lugar de continuarla imponiéndole el alto precio de la persecución, la duda y el control.

Hallándose el mundo habitado por personas, vivir se volvería peligroso si cada día pienso, creo o fantaseo con que habrá alguien mejor que yo a la mirada del otro que puede causar la pérdida de aquél que hoy me elige. Si acaso quien hoy me elige dejara de hacerlo esto no implicaría de modo alguno que dejara yo de ser “elegible” , sino que en todo caso dejaría de ser elegible para esta persona determinada pero conservo todo mi valor para ser elegible para otros.

guardarParejas celosas. Entretelones del desamor a uno mismo. Foto: Wavebreakmedia via Shutterstock (2)
Parejas celosas. Entretelones del desamor a uno mismo. Foto: Wavebreakmedia via Shutterstock (2)

Que alguien deje de elegirme no me depriva de todo valor. El pensamiento de quien cela es tortuoso y atormenta la vida de quien padece los celos y la de aquél sobre quien recaen. En la vida hay mujeres y hombres, hay ocasiones y oportunidades, hay seductores y seducidos y nada de esto puede ser controlado ni quien controla merece la penosa desdicha de consumir su “tiempo vida” en tan estériles maniobras de control (que lejos de impedir lo que inevitablemente sucederá si es voluntad de quienes participan de ello), produce además un desgaste y una auto – descalificación permanente que se transforma en el pensamiento dominante.

guardarParejas celosas. Entretelones del desamor a uno mismo. Foto: Auremar via Shutterstock (3)
Parejas celosas. Entretelones del desamor a uno mismo. Foto: Auremar via Shutterstock (3)

Nadie seduce a quien no desea ser seducido (la predisposición enamoradiza implica un acto de volición, una apertura, una disposición a …) y existiendo esta disposición ¿qué mejor que cada quien esté allí donde y con quien desee? ¿quién querría permanecer en una relación con alguien que deja el cuerpo pero se ha llevado el alma, el deseo y el compromiso?…¿Para qué celar, controlar, desconfiar, interrogar?.

Si la confianza se quiebra en un vínculo no se recupera por vía de constantes confirmaciones a partir de controles estrictos de la calidad moral del otro. La confianza se construye con actos y no se vigila. Vigilar la confianza es una profunda y engañosa contradicción.

guardarParejas celosas. Entretelones del desamor a uno mismo. Foto: Valery Sidelnykov via Shutterstock (4)
Parejas celosas. Entretelones del desamor a uno mismo. Foto: Valery Sidelnykov via Shutterstock (4)

La libertad es la que brinda la seguridad, no el control. Quien cela y vive como posible rival a todo “otro” incurre en un trágico acto lesivo de la estima propia: la auto – descalificación por vía de la comparación perdidosa.

Quien asume salir perdidoso en toda comparación , necesita en la certeza de su escaso valor, controlar el mundo para que todos aquellos a quienes vivencia como “más valiosos” que él, no amenacen sus precarias conquistas.

Celar, lejos de ser un indicador de amor hacia el otro es síntoma de un escaso amor a uno mismo.

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Créditos de las fotos via Shutterstock: (1)(2) Wavebreakmedia | (3) Auremar | (4) Valery Sidelnykov

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Columnista Invitada: Analía Forti. Consultora Psicológica especializada en Pareja y Familia (Marriage Counselor) y trabajo asesorando parejas para que puedan construir relaciones saludables que les permitan ser dos sin dejar de ser uno. Mi objetivo es brindarles orientación para que puedan transitar esta nueva etapa con plenitud. Visitame en “Web”, “Facebook ” y “Twitter”.

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